Hace unos 35 mil años surgieron los primeros asentamientos humanos en el territorio que hoy se denomina Península Ibérica. Se convirtieron en los íberos, a quienes los científicos modernos consideran los antepasados ​​​​de los vascos. En el periodo comprendido entre los siglos V y III a.C., los celtas comenzaron a habitar la Península Ibérica, mezclándose paulatinamente con los habitantes indígenas. Culturalmente eran superiores a los íberos.

Además de los celtas, desde principios del segundo milenio antes de Cristo, los fenicios y los griegos comenzaron a asentarse activamente en la península, principalmente a lo largo de la costa mediterránea. La ciudad de Hades se fundó aquí como un puesto de avanzada clave. Hacia el 600 a. C., los griegos comenzaron a trasladarse a los territorios orientales de la España moderna, difundiendo activamente su cultura única.

Eventos clave que ocurrieron antes de nuestra era:

En el siglo II a.C. tuvieron lugar una serie de guerras entre Roma y Cartago, conocidas en la historia mundial como las Guerras Púnicas. Los cartagineses controlaban parte de la Península Ibérica, pero, al ser derrotados en la segunda guerra, se vieron obligados a abandonar estas tierras. Después de esto, la península quedó bajo el dominio de Roma, que la mantuvo hasta el siglo V d.C., hasta que fue derrotada en batallas con los visigodos y los vándalos. Fue el dominio romano el que trajo el cristianismo a España.

Historia Siglos V-XV

Los visigodos gobernaron la Península Ibérica durante unos doscientos años, del siglo V al VIII. Sin embargo, en el año 717 perdieron el control de estas tierras cuando llegaron a la península árabes y bereberes del norte de África.

Los nuevos conquistadores de España jugaron un papel importante en su desarrollo. Comenzaron a regar activamente los campos, algo que antes no se había practicado, e introdujeron el cultivo de arroz, dátiles y otros cultivos. Durante este período también florecieron la producción de vino, el tejido, la minería y el procesamiento de metales. Varias ciudades, como Valencia (fundada por los romanos), Toledo, Córdoba y Sevilla, experimentaron un fuerte crecimiento. En el territorio de la Península Ibérica aparecieron varios estados musulmanes, que estaban bajo la influencia del Califato de Damasco.

El siglo VIII estuvo marcado por el comienzo de la Reconquista, el movimiento de liberación de los cristianos contra los musulmanes. Esta larga y sangrienta lucha no terminó hasta finales del siglo XV, cuando el catolicismo finalmente prevaleció sobre el Islam.

En la Reconquista participaron representantes de todos los ámbitos de la vida: artesanos, comerciantes, caballeros y otros. Como resultado de este movimiento, se creó el primer estado español: Asturias. Hasta el día de hoy, todo heredero al trono español ostenta el título de Príncipe de Asturias.

El siglo X fue el momento en que aparecieron muchos pequeños estados musulmanes en la Península Ibérica, lo que permitió a los cristianos liberar de los moros varias grandes ciudades, incluidas Toledo y Valencia. Cuando el último emir entregó las llaves del país a la reina Isabel, comenzó una nueva era en la historia de España, durante la cual adquirió numerosas colonias en todo el mundo y se convirtió en una de las principales potencias marítimas de la época.

Historia de los siglos XV al XIX

El siglo XV marcó el inicio de un período de intenso desarrollo en España. El país amplió sus posesiones, capturando cada vez más territorios, especialmente en el continente americano. Al mismo tiempo, Portugal quedó bajo el dominio del rey español Carlos V. Sin embargo, después de unos dos siglos, España enfrentó dificultades económicas que llevaron a la pérdida de algunas de las tierras conquistadas. Este período estuvo marcado por la derrota en la guerra con Inglaterra y el fortalecimiento de la Inquisición. El siglo XVII también se caracterizó por un fuerte declive de la producción artesanal y la agricultura.

Historia moderna

En el siglo XIX, España experimentó cinco revoluciones burguesas. Los rebeldes intentaron reducir la influencia de la iglesia y deshacerse de los restos del sistema feudal que obstaculizaban el desarrollo del capitalismo. Sin embargo, debido a la desunión, el escaso apoyo de la población y la organización insuficiente, ninguna de las revoluciones logró sus objetivos.

La reina Isabel II reformó el sistema político, introduciendo una monarquía constitucional en España. A principios de siglo, el país libró una guerra con Estados Unidos, que perdió, lo que provocó el colapso del Imperio español y la pérdida de las colonias de América del Norte ante el control estadounidense.

En las décadas de 1920 y 1930, España se vio sacudida por conflictos internos. El país atravesó un período de dictadura, seguido de la creación de una república. En 1936, estallaron en España luchas entre nacionalistas y partidarios del catolicismo. El asesinato de uno de los líderes de la oposición provocó una guerra civil que duró tres años y terminó con el ascenso al poder del dictador Franco. Gobernó el país hasta 1975. Este período fue extremadamente difícil para España: decadencia económica y aislamiento de la comunidad internacional. Sólo el desarrollo del turismo ayudó al país a sobrevivir en ese momento.

En 1977, España celebró sus primeras elecciones libres y al año siguiente se adoptó una constitución que todavía está vigente en la actualidad. En 1986 España se unió a la Unión Europea.

Hoy España ocupa el quinto lugar en Europa en términos de desarrollo industrial. El país produce automóviles, productos electrónicos, textiles y también tiene una industria química desarrollada. La agricultura, cuyo impulso para el desarrollo fue dado por los moros, continúa desarrollándose activamente. España es famosa por su tabaco, trigo, cítricos y muchos otros productos.

España no es menos famosa por su elaboración de vino. Los vinos españoles se exportan a todo el mundo y el país es visitado por millones de turistas cada año.

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